Fecha: 17 de Diciembre de 2007
Autor: Ivon Barajas
“Estoy fuera de mi hábitat, es una sensación parecida a la que experimentaría un animal del desierto viviendo en la Antártica”, así se refiere el escritor colimense Rogelio Guedea a sus “exilio voluntario” en Nueva Zelanda, ciudad en la que vive y trabaja desde hace tres años.
A veces los sentimientos de nostalgia lo invaden, pero ha aprendido a canalizar sus emociones y esa “nostalgia encausada”, como él la llama, le ha permitido desarrollar aún más sus habilidades creativas, dice el escritor quien después de radicar en Colima, se mudó a Nueva Zelanda por un periodo indefinido.
Aunque cambió de residencia, jamás cambiaría de actividad: “Mi carrera literaria es central, no hay nada más importante que eso. Creo que con esa convicción se puede alcanzar cualquier objetivo”, dice el actual profesor-investigador de la Universidad de Otago.
Rogelio Guedea, quien ha publicado poemarios, novelas y ha colaborado en distintos periódicos locales, se declara un lector clásico: “Los lectores modernos configuran su forma de pensar a partir de los libros leídos, mientras que los clásicos piensan en su propia realidad sin que le venga impuesta por alguien”, explicó el escritor que le dedica más de 6 horas diarias (de 8 de la noche a 2 de la madrugada) a leer, escribir y pensar.
“Antes de ser escritor, fui un lector voraz”, señala el actual profesor de Literatura Hispanoamericana, quien se reconoce como un lector “escandalosamente desordenado”, que pasa de un ejemplar de filosofía a uno de poesía o a otro de historia: “Y me esperan todavía títulos de Nietzsche, Schopenhauer y de poetas de diferentes épocas y tradiciones literarias”, afirma el incansable lector.
Rogelio Guedea habla apasionadamente de los libros: apenas termina de emitir una idea y ya aborda al interlocutor con otra. Tiene la virtud de ser buen conversador y de manifestar entusiastamente sus puntos de vista: “Veo a Colima con más claridad que otra gente que vive aquí y eso me gusta mucho; estar lejos me ha ayudado ha entender que nada es definitivo, todo es relativo”, dice el escritor que hasta el mes de febrero estará de visita en Colima para después volver a su exilio voluntario.
Rogelio es, además, un escritor voraz: recientemente publicó Borrador en España, y después en México un libro de micro relatos, en enero publicará Oficio leer; continúa con su columna en el periódico La Jornada y próximamente, bajo el sello editorial de Random House, publicará una novela. A su actividad de escritor le ha sumado la de traductor: Ron Riddell y otros escritores neocelandeses podrán ser leídos por los hispanohablantes gracias a la labor de Guedea.
Su contacto con la lengua inglesa ha sido estrecho durante los últimos tres años, sin embargo el poeta colimense no escribe en inglés: “No es mi lengua materna, ni crecí con ella, así que me siento más cómodo escribiendo en mi idioma”, explicó Rogelio que, aún sabiéndose parte de la Universidad de Colima, asistió a escuchar el informe de labores de Miguel Ángel Aguayo López.
Periódico Milenio
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