Hace unos días se definieron las candidaturas para las diputaciones federales del PRI. Éstas recayeron en Miguel Ángel Aguayo López y en Francisco “Pico” Zepeda. Cualquiera con un poco de conocimiento de la realidad política y universitaria local podría llegar a ciertas conclusiones, que es importante mencionar porque impactan considerablemente en el ámbito social. Desde la perspectiva puramente académica, resulta muy sintomático que los dos aspirantes están ligados a la Universidad de Colima. El primero (Aguayo López) como rector de la misma y el segundo (“Pico” Zepeda) como ex dirigente de la Federación de Estudiantes Colimenses. Lo anterior nos indica claramente que nuestra alma máter sigue cumpliendo una función que no es todavía del todo consustancial a su razón de ser, por donde se le vea. De otra forma, tendríamos noticias distintas. Por ejemplo: universitarios que ocupan cargos ligados al ramo educativo o académico, pero no político. Muchos trabajadores de nuestra alma máter (vi con asombro, debo decirlo, en mi bandeja de correo el nombre de algunos de ellos) me escribieron molestos por esta situación y fueron enfáticos, de nuevo, en señalar que la Universidad de Colima seguía siendo utilizada como trampolín político. Lo de “Pico”Zepeda no es sino el peor ejemplo de ello, sobre todo porque puede enviar un mensaje erróneo al dirigente espurio Fernando Mancilla a seguir empeñado en utilizar la plataforma de la FEC para un cargo de elección popular. Bien, pero si hacemos un recuento, no tendríamos más que corroborar que, en efecto, nuestra máxima casa de estudios tiene, en este aspecto, los focos rojos. Desde Humberto Silva Ochoa hasta Carlos Salazar Silva la universidad no sólo ha sido utilizada para fines políticos personales sino, lo que es peor, ha sido saqueada. Ni Humberto Silva, ni Fernando Moreno Peña, ni mucho menos Carlos Salazar Silva siguen, por lo demás, en ella. ¿Dónde está el amor que tanto le profesan? ¿Alguien los ha visto dar clases? O, si no dar clases, ¿alguien los ha visto investigar y publicar libros sobre sus investigaciones académicas? ¿Alguien siquiera los ha visto servirla en alguna de sus áreas administrativas? Nada. Pero eso sí: todos están chonchos de dinero a costa de ella, nada más. La riqueza conseguida por el ex rector Salazar Silva, que se convirtió en un gran empresario de la construcción de la noche a la mañana, es evidente. Y lo mismo la de Humberto Silva y Moreno Peña, que hoy, insaciables, se la siguen peleando. Ahora bien: desde la perspectiva política, se dice que ambos candidatos (Aguayo y Zepeda) están claramente identificados con Moreno Peña, quien seguramente se apuntará para asesorarlos en su campaña pues es él un gran estratega que ha obtenido triunfos electorales de envergadura, como el de Michoacán. Nadie duda que Francisco “Pico” Zepeda sea un arlequín de Moreno Peña, pero espero (al menos por algunos indicios que he señalado en algunas colaboraciones anteriores), que el rector marque una clara distancia con Moreno Peña por dos razones importantes, que finalmente lo benefician a él y a la universidad. Una: porque el electorado no le perdonará su alianza con este personaje indeseable de la política local y puede perder la elección, aunado a esto el descontento visible de muchos universitarios que se han sentido ofendidos por tomar esta decisión. Otra, y la más importante: porque se atisba que la Universidad ha quedado en manos de gente de Moreno Peña y esto obviamente insidirá en la sucesión rectoral, siendo un retroceso notorio e irrebatible para el progreso de nuestra máxma casa de estudios, que muchos seguimos queriendo de clase mundial. En Aguayo López está una responsabilidad enorme porque no sólo tiene, pues, que quedar bien con el PRI dándole el triunfo en las urnas sino también tiene que crear las condiciones para que la universidad de Colima quede en manos de un próximo rector o rectora a la altura de las circunstancias. Por mi parte, confío en que el rector estará no sólo al nivel de las circunstancias políticas o académicas, sino de las históricas, que, como el tiempo, no perdonan. No es nada fácil evitar que este barco naufrague, pero tampoco es imposible. Sigamos observando con lupa los acontecimientos y volvamos a ellos cuando la ocasión lo amerite.
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Yo soy universitaria, y al igual que muchos compañeros trabajadores estamos muy molestos por la decisión del rector de participar en la contienda electoral, sin haber cumplido muchos de los proyectos que nos ha planteado a lo largo de sus siete años al frente de la Universidad. Prometió otorgar a profesores por horas su nombramiento de tiempo completo, El puerto seco, la casa de «las tres plantitas» Aún no define lo del aumento salarial, los cambios de directores en las dependencias, Las instalaciones cada vez en peor estado y para muestra la Unidad deportiva, las violaciones constantes al contrato colectivo, y ya ni se diga lo del FOSAP que como bien dices Rogelio, ha hecho chonchos de dinero a los exrectores sacrificando el ahorro de los trabajadores universitarios, y un largo etc. Mi voto será en contra.
Descanso en la belleza que desatas con labios incendiados. Un fuerte abrazo Rogelio.
He participado con un Instituto Tecnológico acá en Oaxaca, en una labor noble, muy rentable para el Instituto y de gran alivio para el medio ambiente. He visto que todo lo positivo de ese trabajo, todo el esfuerzo y el entusiasmo de gente joven e idealista que participaba, se fue al hoyo por un asunto político. Setenta personas hemos perdido nuestros puestos de trabajo y la intervención del Instituto y de sus alumnos en la remediación a gran escala del medio ambiental quedó anulada.
Excelente!! Gracias por tener el valor de hablar con la Verdad desde ese puesto donde puede ser escuchada por muchos!