Los opositores de la vida austera


El Acuerdo de Austeridad y Disciplina Presupuestal recientemente implementado 
por parte del gobierno del Estado ha levantado aristas en muchos frentes políticos, 
sobre todo los de oposición. El presidente estatal del PRD, Juan Óscar Vázquez Chávez, 
dijo que era “letra muerta”. La alcalde de Cuauhtémoc, la también perredista Indira 
Vizcaíno, lo calificó de poco transparente, y se puso, ella misma por supuesto, 
como ejemplo de transparencia. Otros opinadores lo redujeron a pura demagogia. 
Algunos medios de comunicación, sin embargo, como el propio Diario de Colima, 
vio la medida como un acierto, aunque mañana diga lo contrario. Es comprensible 
el escepticismo. Sin embargo, yo creo que una casa en la que hubo en el pasado 
tantos excesos (que beneficiaron, por cierto, a muchos que hoy levantan la ceja), 
tiene que volver, en algún momento, a la vida modesta. A veces, como en el caso 
de Colima, sin más remedio. Lo realmente criticable sería que ese consenso de 
austeridad no hubiera llegado nunca. Por lo demás: ¿cuándo se ha visto que la 
oposición no se oponga a cualquier acción del gobierno? Cuando esto sucede es, 
como sabemos, porque conviene a sus propios intereses. Una oposición, hay que 
decirlo también, es necesaria, pero siempre y cuando no olvide que su función 
primera y última es el beneficio social. La racionalización del gasto por parte 
del gobierno estatal, eso sí, tiene que notarse en acciones concretas y en áreas 
específicas, que tengan también un claro impacto en la sociedad. Esta sería la 
única y verdadera forma de legitimarlo.   

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