Cruce de vías

Cover Cruce de vías. Rogelio Guedea II

Rogelio Guedea vuelve a demostrar en Cruce de vías su maestría en el microrrelato, «un espacio en el que las fronteras de la expresión se disuelven, donde pongo en juego todos los recursos estilísticos habidos y por haber», según explica este mexicano, uno de los autores más sólidos de la literatura hispanoamericana actual. Como en sus anteriores títulos de este género, Guedea trata con estas páginas de ofrecer al lector una «metafísica de lo cotidiano», mostrando vertientes de la realidad más inmediata que nos pasan desapercibidas. En palabras del autor, «es el detalle de la mirada, el margen de las cosas, la orilla de los acontecimientos, donde muchas veces la maravilla es una constante, lo que sostiene a toda mi narrativa ultracorta».

PARAÍSO AL REVÉS

Picando una cebolla la otra tarde me rebané un dedo, prácticamente me corté la yema. Entonces lo que hice fue pegarla otra vez. La dejé ahí creyendo que se adheriría de nuevo a la carne y sus fibras recobrarían la entereza de antes, fundiéndose y confundiéndose con sus fibras hermanas, brevemente ausentes. Pero no fue así. El trozo de piel quedó mal, pegado como por encima,  endeble de uno a otro borde. Entonces pensé que eso pasaba un poco como cuando una mujer que amamos nos deja un buen día y, al siguiente, intentamos recuperarla, algo así de su carne ya no termina de adherirse bien a la nuestra, ni sus ojos nos miran como antes en el desayuno, ni sus manos nos acarician la espalda de la misma manera tierna al regresar del trabajo, y su alma como su amor queda colgando de un hilo, en las orillas del viento, a la deriva, y entrada la noche uno, quebrado en dos pedazos, termina andando por las calles peor que un fantasma.

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