Educación, prioridad para el porvenir mexicano

La pasada sesión ordinaria del Consorcio de Universidades Mexicanas (Cumex), a la que asistiera el Rector de nuestra Máxima Casa de Estudios, Eduardo Hernández Nava, ha servido para enfatizar un aspecto que, dada la deplorable crisis por la que atraviesa nuestro país, debería ser toral para nuestro porvenir inmediato: el fortalecimiento del sistema educativo en todos sus niveles, en especial el de la educación superior.

La depreciada economía mexicana (reflejo incluso del valor del dólar norteamericano, que ha sobrepasado ya los 22 pesos) tiene causas evidentes que los diferentes gobiernos (federal, estatal y municipal) han minimizado desde hace décadas: un sistema educativo que no ha sabido responder a las exigencias impuestas por la idea que tenemos de prosperidad.

El déficit en la formación educativa de los mexicanos no sólo ha creado la precaria producción tecnológica que tenemos (que nos ha imposibilitado para modernizar la industria petrolera), tampoco para poner a la altura nuestro desarrollo científico (que podría incidir en un sector tan importante como el agrícola, hoy en agonía), sino, sobre todo, nos ha arrebatado algo que ha sido catastrófico para nuestro progreso humano: la conciencia social, esto es, nuestra sensibilidad humana. Esta pérdida de nuestro sistema de valores, de nuestros códigos éticos (que no han hecho sino alimentar la corrupción, promover la impunidad, violentar el sistema de leyes, etcétera) está arrasando con nuestro estado de bienestar social.

La causa de toda esta crisis de valores no se debe precisamente a la corrupción que asola nuestras instituciones cuanto a la falta de una educación de calidad y, sobre todo, igualitaria, una educación que nos permita poder aspirar a alcanzar el mínimo progreso requerido antes del hartazgo y estallido social. Es en este contexto que debe inscribirse la petición del consorcio de universidades mexicanas en el sentido de buscar un mayor incremento en el presupuesto de las universidades, cuya labor es sustantiva para el progreso de nuestro país y, en específico, para la crisis económica y de valores que padecemos los mexicanos. Si no atacamos la causa principal del problema (la crisis de nuestro sistema educativo) será imposible revertir sus efectos (corrupción, impunidad, pobreza, desigualdad, violencia, déficit financiero, etcétera).

Prioridad es, pues, para los diferentes niveles de gobierno estar a la altura presupuestaria de los requerimientos de la educación mexicana, pues de otra forma lo único que haremos será recrudecer nuestras calamidades, cancelándole con ello el futuro a las nuevas generaciones.

Escribe un comentario en este artículo

Comentarios